(31 DE OCTUBRE, 2022) Por J. Jesús Esquivel.
Adán y Felipe
Washington – No puedo negar que, al igual que a millones de mexicanos, me gustaría que Felipe Calderón fuera sujeto de una investigación judicial por su responsabilidad en la desaparición y muerte de decenas de miles de personas como consecuencia de la lucha militarizada e indiscriminada que lanzó contra el narcotráfico siendo el jefe Estado de 2006 a 2012. No obstante, mis deseos están muy lejos de ser ley y de la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de no meterse con sus antecesores, aunque pueda haber sustento para hacerlo.
Hace unos días, Adán Augusto López Hernández, el secretario de Gobernación, afirmó que Calderón era objeto de una investigación internacional por su papel en el escándalo del fracasado intento de agentes gringos en la operación Rápido y Furioso, por contener el tráfico ilegal de armas que resultó ser un río de rifles, pistolas y municiones de alto poder que empoderó más al narcotráfico mexicano.
El exabrupto con tintes político-electorales sin sustento de Adán Augusto tuvo que ser corregido. El secretario de Gobernación se vio obligado a recular y dijo que no dijo lo que sí dijo.
Calderón, como era de esperarse, se escudó en las redes sociales y lanzó veneno contra el gobierno de AMLO y su secretario de Gobernación, a éste último acusándolo de tener nexos con el narco, lógico, basándose en los ‘Sedena Leaks’ hackeados por el grupo Guacamaya.
Claro está que, pese a que a ambos les salió el tiro por la culata, a Calderón le quedó el rabo más chamuscado porque cuando pintaba de paloma su imagen de buitre, en Brooklyn, Nueva York, el Departamento de Justicia de Estados Unidos entregaba más pruebas al juez Brian Cogan, para subrayar la colusión de Genaro García Luna con el Cártel de Sinaloa siendo funcionario del expresidente aludido. Si Calderón por razones etílicas insiste en que no sabía que su secretario de Seguridad Pública estaba metido con el narco, los fiscales gringos se están encargando de refutarlo; todo es cuestión de tiempo. El 9 de enero de 2023 inicia en Brooklyn el juicio por narcotráfico contra García Luna.
No, no existe en Estados Unidos una investigación federal criminal ni a nivel internacional (todavía) contra Calderón, ni por el asunto de Rápido y Furioso, ni por su posible nexo con el narcotráfico.
El Congreso federal de Estados Unidos, durante el gobierno de Barack Obama, llevó a cabo una investigación política minuciosa y tediosa sobre Rápido y Furioso debido al asesinato de un agente gringo con las armas que se traficaron a México, no por el homicidio de miles de mexicanos con los arsenales estadunidenses. Los republicanos querían hacerle un juicio político al entonces fiscal general, Eric Holder, pero todo terminó en el despido de los agentes y jefes del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) del estado de Arizona y de la oficina en Phoenix, que fue el lugar del nacimiento de esa estrategia que resultó siendo una mayor estupidez. El Capitolio le dio carpetazo.
Ahora bien, en todo ese embrollo quedó perfectamente claro que, al igual que sí sabía lo que hizo García Luna con el narcotráfico, Calderón supo y cooperó con los agentes de Arizona de ATF en Rápido y Furioso.
Últimamente en los medios de comunicación nos olvidamos de la historia que, para informar, debe ser la base de cualquier noticia. Eduardo Medina Mora, el exprocurador General de Justicia de Calderón, exembajador de México en Inglaterra y Estados Unidos y, al último, ministro de la Suprema Corte de Justicia por capricho de Enrique Peña Nieto, como ATF, tiene las manos atascadas de pólvora con Rápido y Furioso. Extrañamente, cuando la Unidad de Inteligencia Financiera marcó a Medina Mora como un millonario dudoso y, en consecuencia, el ministro colgó voluntariamente la toga, de esa investigación ya no sabemos nada. El Fiscal General Alejandro Gertz Manero y AMLO no han vuelto a tocar el tema. Hicieron mutis sobre Medina Mora. ¿Raro, no?
Paciente por naturaleza, el Chamuco atiza el caldero y en el Averno sus hijos, mis padrinos, ensayan rezos del más allá y más acá para cuando le llegue el turno al gran responsable y creador de la descomposición social, expansión criminal y ola de muerte en México.
Si García Luna no se raja al final y como hombrecito que dice ser les pelea a los gringos su caso en la Corte en Brooklyn, de la sala de sesiones de Cogan brotarán como pus los señalamientos de una relación criminal con el narcotráfico de Calderón. Ya compré mis palomitas.